Miguel Ángel Gómez Polanco
“Todo el peso de la ley a
quien lastime la confianza de los veracruzanos”, aseguró este lunes el gobernador
Javier Duarte de Ochoa, en su tempranera conferencia de prensa, en el marco del
Día de la Raza.
Antes, hace unos días, la
frase célebre del ahora distinguido pensador veracruzano, fue que “hay que
pensar bien antes de escupir para arriba”. Se lo dijo a periodistas que les “encanta”
–de acuerdo con la percepción del mandatario- hablar de la inseguridad que
impera en la entidad. Quién sabe qué estaría insinuando.
Curiosamente, horas
después de lanzar esta nueva –y elocuente- expresión, el periodista crítico
Aurelio Contreras Moreno, denuncia en redes sociales un robo en su casa. Le
quitaron su equipo de trabajo.
¿Dónde quedó la
congruencia? Es la gran pregunta que distingue la actualidad veracruzana, si
por un lado se promete “castigar” a quienes “lastimen” la confianza de las y
los veracruzanos y, por otro lado, el titular del Ejecutivo estatal anuncia que
739 servidores públicos son investigados, de los cuales 306 continúan en
proceso y 23 ya fueron sentenciados.
Además, la PGR revela que
Veracruz sobresale en presunción de delitos electorales con 21 de los 67 que
consignó la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (Fepade); cifras que
se suman al sinuoso (opaco o discrecional, como usted lo quiera llamar) actuar
del OPLE en la entidad, desde su reciente sucesión, con 64 empleados corridos
sin liquidación, imposición de Consejeros sin experiencia en la materia, solicitudes
de extensión presupuestal infames (por encima de los 40 millones de pesos,
sumados a los 340.5 ejercidos en 2015; año no electoral) y un sinfín de
irregularidades.
Por piedad, que alguien me
diga ¿dónde quedó la congruencia? Porque la lista continúa.
Por ejemplo, el
recientemente aprobado aumento del 50 por ciento al impuesto a la nómina, con
el cual, según el aparato gubernamental, “aumentarán los ingresos del estado”.
Y es que, aunque
ciertamente no mienten con esta afirmación, primero quisiéramos saber dónde quedaron
los últimos nueve mil millones que se habían recaudado con el dos por ciento. De
igual forma ¿se pensó en el desempleo que se generará con este aumento al
gravamen, derivado de la tensión empresarial para la contratación?
¡Pero cómo! Si como dicen
por ahí, “sabe Dios” que este último sector, el empresarial, está totalmente “agachado”
ante la deuda de mil 500 millones de pesos, “no sea que no les vayan a pagar si
se revelan”; ya mejor ni preguntar por los 41 mil millones que se recaudaron
desde 2011; año de la creación del fideicomiso.
Imagínese: de ese tamaño
es la “confianza” que, en teoría, pretende fortalecer el Gobierno de Veracruz.
Total, el impuesto citado, “vale menos que una caja de chicles”, dice Duarte de
Ochoa, e interponer recursos de inconstitucionalidad no procederá, por más que
le hagan a la lucha los partidos de oposición, agregó.
Y ya del pasivo general de
42 millones de pesos hasta el segundo trimestre de 2015 –según la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público- ya ni hablamos.
Y por si fuera poco lo
anterior, tenemos el caso de la reforma a la Ley 287, del Instituto de
Pensiones del Estado: declarada inconstitucional por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación en cuatro artículos, promoviendo los argumentos de una
reforma integral y no parcial, como los mismos Ministros aseguraron que se
debía hacer.
Pero la revisión de ello,
en el Congreso local, es secundaria si consideramos la parte de los dineros que
han dejado en crisis de liquidez a este órgano creado en el sexenio de Miguel Alemán,
en 2011; imposibilitado para cumplir con la Ley número 20 del propio IPE, en
materia de Jubilación, Seguro de la Vejez, de incapacidad, invalidez, muerte,
gastos funerales, indemnización, préstamos a corto y mediano plazo y promoción
de créditos para la adquisición de viviendas.
Pero ¿cómo? Si ni siquiera
se sabe dónde están los cinco mil millones de pesos por concepto de cuotas ni el
destino de los terrenos adquiridos durante la brillante gestión del extinto
José Luis Lobato Campos al frente del Instituto (por mencionar un poco de lo
destacable, claro).
¡Dónde quedó la
congruencia! ¿O será que alguien más fue el que “escupió para arriba” al hablar
de los castigos a quien lastime la confianza de los veracruzanos?
SUI
GENERIS
La Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (Cepal) revisó a la baja su pronóstico de
crecimiento del Producto Interno Bruto nacional para 2016 a 2.5 por ciento.
Mismo caso es la apreciación del Fondo Monetario Internacional, que lo hizo al
2.8 por ciento; ambos, lejanos al 3.6 que estimó el titular de la SHCP, Luis
Videgaray.
En este escenario y si consideramos
que Veracruz aporta el 5.6 por ciento al PIB del país –siendo uno de los que
más lo hacen-, el objetivo de la contratación de deuda mediante medidas
recaudatorias emergentes como el aumento al impuesto a la nómina, y por ahí, el
propio Reglamento de Tránsito del Estado ¿en qué panorama de aportación deja a
Veracruz, para la economía nacional? Yo diría que, si no nula, muy deficiente.
¿Ahora se entiende por qué
digo que Veracruz está en problemas y la congruencia, más?
POST
IT: Este 17 de octubre
se cumple un año de la trágica muerte de José
Luis Lobato Campos. Si quiera por respeto a su memoria, se debería rendir
homenaje al también exsenador, rescatando lo mejor de su labor en el IPE…
repitiéndola, en lugar de seguir viendo al Instituto como la “caja chica” del
Gobierno.
Twitter: @magomezpolanco
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