Miguel Ángel Gómez Polanco
Las viejas prácticas electoreras
están de regreso, es un hecho. La distracción, el desenfreno mediático y la
angustia, acaparan la voluntad del oficialismo en Veracruz.
Apenas hace poco más de
una semana, el gobernador del estado anunciaba una “reestructuración” de la deuda
que se tiene contraída en su administración. “Heredada” dicen ellos, “empeorada”
dicen otros, mientras las dudas sociales son la misma: ¿y por qué todo a la
mera hora? ¿De qué me quieren convencer?
Poco después, la guerra
electorera comienza, digamos, de lleno. “¡Hay que acusar a los aviadores, claro!
¡Que vean que atacamos a la corrupción imperante!”, aseguran en Enríquez,
frente la Plaza “Regina”. Pero la movida no sale bien. Lo que en la era pre tecnologías
de la información habría sido un sospechosismo
mediático, hoy se ha convertido en una sociedad más despierta que no se cree
las cosas a la primera.
Así pues, después de más
de 44 mil millones de pesos de deuda –reconocida-, uso de fideicomisos no
permitidos para subsanar deudas estatales, aumentos a impuestos estatales
contraproducentes para el empleo de Veracruz, 14 créditos adquiridos en 11 años,
uno de ellos bursatilizado y 21 mil 700 millones de pesos que no alcanzan para
pagar la endrogada que traemos; ahora el tema son unos tristes dos mil 173 “aviadores”
de la SEV, de los cuales, 120 salieron peor embarrados por haber ingresado a
las filas del “chingonerismo sin
trabajar” en la época de Miguel Ángel Yunes Linares en la Secretaría de
Gobierno.
¿Qué sucedió con estos
120? Los ventanearon. Fueron exhibidos, con nombre y apellido, como carne de
cañón electorera, ¿por quién? Pues ahora, dicen, “ya no se sabe”.
Pero veámoslo así: olvidemos
por un momento que una noche antes de filtrarse la lista del “Escuadrón 120” de
aviadores, el flamante nuevo líder priista, Alberto Silva Ramos, “prometió”
decir quiénes y desde cuándo se dedicaban a esta cómoda profesión de cobrar sin
trabajar. Enfoquémonos al tema de la protección de datos personales, en las que
los 120 mencionados han sido, en apariencia, perjudicados gravemente.
Ahí le va: el artículo 6
de la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares
vigente, establece que se debe privilegiar el principio de licitud y lealtad
para el tratamiento de datos. Por tanto, lo que se ha hecho hasta ahora es
completamente opuesto a la Ley, tratando los datos personales de 120 personas
para ¿atacar?
Ahora bien, el artículo 8
manifiesta que "se entenderá́ que el titular consiente tácitamente el
tratamiento de sus datos, cuando habiéndose puesto a su disposición el aviso de
privacidad, no manifieste su oposición", por lo que la misma manera con
que se trataron los datos "filtrados", es la que “debiera” (en el último
de los casos) aplicarse para el resto (más de dos mil).
Pero hay más: el artículo
19 del mismo documento, refiere que todo dato recabado deberá ser tratado con
confidencialidad y asegurando el bienestar del titular de los datos, siendo el
responsable de recabar los datos quien también provea de las medidas necesarias
para no exponer la integridad de los titulares. Es decir: al publicar los datos,
se está infringiendo la Ley, así de fácil.
Por último, los artículos
67 y 68 dicen claramente que se impondrán sanciones (desde tres meses y hasta
cinco años de prisión) a quienes vulneren con ánimos de lucro o perjuicio
personal a los titulares de los datos. O sea: publicarlas de la manera en que
lo hicieron, también violenta la Ley en la materia, pues además pretende
denostar a terceros con ellos.
Y para acabarla de amolar, el Oficial Mayor de la
Secretaría de Educación de Veracruz, Vicente Benítez, reconoce que en efecto:
la lista se "filtró". Es decir, la SEV, como responsable para el uso
de los datos personales de los supuestos "aviadores", incumplió con
las medidas de seguridad para éstos y, por ende, violentó la Ley en la materia
y permitió que se vulneraran sus derechos de confidencialidad.
¿Denunciarán los 120
agraviados o los “aguantarán” para seguir distrayendo el tema de la deuda
estatal?
SUI
GENERIS
¡Sí, aún está “aquello” de
la deuda! ¿Ya se le estaba olvidado? No se preocupe; es comprensible. Lo de los
“aviadores”, más o menos fue pensado para ello, creo.
Pero la deuda estatal
continúa y no solo los tres fideicomisos previstos en la reestructuración de
ésta –dos federales y uno estatal- están en la mira pública, desde luego, con
nula transparencia.
En este sentido, vale la pena analizar
brevemente otro de éstos que no ha sido mencionado: el Fondo de Aportaciones para los
Servicios de Salud (FASSA); también perteneciente al Ramo 033, igual el FAIS y
el FAFEF (utilizados para la famosa reestructuración).
El FASSA tiene el objetivo
de (acorde con la estrategia programática de la Federación), “disminuir las
diferencias que existen en los servicios de salud que se prestan a la población
abierta, mayormente con aquella que no se encuentra incorporada en ningún
régimen de seguridad social en el país”.
Además, el FASSA contempla
la implementación de mecanismos que apoyen las actividades de protección contra
riesgos sanitarios, promoción de la salud y prevención de enfermedades y la
mejora en la calidad de la atención y la seguridad en salud, pero sobre todo, el
abasto y entrega oportunos y adecuados del medicamento.
En este contexto, el monto
del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud asignado a
Veracruz dentro del Presupuesto de Egresos para este año, 2015, es de cuatro
mil 937 millones 126 mil 309 pesos. Además, se suman los recursos del Sistema
de Protección Social en Salud (Seguro Popular), en el orden de los cuatro mil
340 millones 901 mil 600 pesos.
Entonces ¿por qué siguen vigentes
pasivos tan graves, por ejemplo, como el de Sesver (organismo descentralizado
al cual le corresponderían recursos como el del FASSA) y del Seguro Popular, con
montos de cinco mil 156 millones de pesos y mil 763 millones de pesos, respectivamente?
Rubros de vital importancia para la ciudadanía como la prestación de Servicios de Salud a la Persona, Generación de Recursos para la Salud y la Protección Social ¿con qué se van a pagar o a dónde fue a parar el dinero que se tenía destinado para ello?
Rubros de vital importancia para la ciudadanía como la prestación de Servicios de Salud a la Persona, Generación de Recursos para la Salud y la Protección Social ¿con qué se van a pagar o a dónde fue a parar el dinero que se tenía destinado para ello?
Para acabar pronto: el Anexo
VI de la Clasificación Programática del Gasto, en el rubro del Desarrollo
Social (donde interviene el sector salud) 55 mil 275 millones 231 mil 502 pesos
están destinados a la promoción del bienestar social y sustento de la salud en
Veracruz ¿ontá esa lana?
Y peor aún: ¿qué pasa con
ese rezago del 70 por ciento en deudas de pago del Gobierno estatal, denunciado
en días recientes por Asociación Nacional de Fabricantes de Medicamentos
(Anafam)? ¿No se supone que la partida federal del FASSA es para eso?
Y si a lo anterior
agregamos que para el año entrante, la Federación ha previsto un recorte de
cinco mil millones de pesos en el Presupuesto de Egresos de la Federación ¿qué
pasara con ese dinero etiquetado para este año, con el que se debía pagado este
remanente?
A labor de un reportero –como
el que suscribe autor de este panfleto- es informar. Sin embargo, como usted
puede apreciar, esta ocasión son más dudas que aclaraciones las que aquí se
presentan. La razón: el temor a ser criminalizado como toda aquella persona que
pone en tela de juicio el accionar de la presente a administración estatal.
Lo que sí es muy evidente
y seguramente usted también notó, es lo innegable: Veracruz huele, apesta
¡hiede a elecciones! Y por ende, a todo aquello que se relacione con obtener recursos
para financiar campañas.
Twitter: @magomezpolanco
Facebook: Miguel Ángel Gómez Polanco